Camille Clovis Trouille exaltó en su pintura el color y el erotismo. Se autodefinía como anarquista y su obra tiene influencias surrealistas, renacentistas, de la cultura de masas y el kitsch. Su temática es deliciosamente obscena, irreverente y politicamente incorrecta. Y es el germen de movimientos como el Lowbrow. Su experiencia de la I Guerra Mundial le dejó claro que el enemigo era el ejercito, el clero, el sistema …

La obra de Trouille es abiertamente erótica. Los desnudos femeninos no son ejercicios de estilo sino objetos de deseo. La obsesión por las nalgas y los pechos de las mujeres, siempre maquillados de un rojo oscuro, remite a esos maniquíes de los que Trouille vivía. Ya que trabajaba restaurando y decorando maniquíes de las tiendas de París.